La agenda del dia consistia en ir a dar un paseo a pie por la ciudad para coger un tranvia a través de las legendarias cuestas de San Francisco y Chinatown, después ir a ver el "Pier 39" y despues ir a Alcatraz, atravesando la Bahía.
A primera hora de la mañana cogimos un tranvia que nos llevaba a través de California Street. Es increible el desnivel que habia en la calle, e increible también que el tranvía pudiera subir por esas cuestas. Para los curiosos, el tranvía en realidad es movido por unos cables que van por debajo de los railes. Otra cosa curiosa es que las paradas son en los rellanos que conforman los cruces con otras calles, por lo que cuando para el tranvia a recoger gente o que ésta baje, se forma un poquitín de atasco.

La ciudad de San Francisco, a parte de disponer de los tranvías, como medios de locomoción, tiene además servicio de autobuses y trolebuses, habiendo en muchas de las calles catenarias.

Tras recorrer toda la linea del tranvía, dimos media vuelta, para dirigirnos a Chinatown. De camino, nos encontramos unas bonitas cuestas de casi 45º de inclinación.

La sorprendente Chinatown, que es como sumergirte en China atravesando dos calles, estaba llena de bazares, donde realizamos algunas compras.

Aqui finalizó la mañana, y tras comer y descansar un poco, nos dirigimos al Pier 39, que no es mas que un centro comercial, montado en un muelle del puerto, pero que su atracción principal son los leones marinos que toman alli el sol.


Tras hacer un poco de tiempo por alli, nos dirigimos al muelle 33, que es desde donde embarcabamos a Alcatraz: la Roca, como ellos lo llaman. Esta empezó siendo, a mediados del siglo XIX, un fuerte de la Armada estadounidense, en el que empezaron a traer prisioneros; hasta que a principios del siglo XX, se convirtió en prisión Federal a la que traían gente de la peor calaña: por ejemplo, Al "Capone". A principios de los 70, se tornó insostenible su mantenimiento, puesto que requería un montón (aproximadamente 90) guardias, para recluir a poco mas de 250 presos y la clausuraron por falta de fondos.
Hay muchas leyendas sobre la prisión mas segura del mundo (para los estandares de aquella época), que los Rangers de la prision (ahora parque nacional) te intentan desmontar durante la excursión: uno de ellos es que nadie fué ejecutado en esas instalaciones, puesto que no disponían de los medios necesarios.
Otra cosa curiosa sobre la Roca, es que no tenia vegetación propia y fue cuando la construyeron, cuando la fueron llenando de plantas y vegetación para adornarla, pues los guardias de la prisión vivían en la isla junto con sus familias.
Nuestro viaje, comenzo a la hora programada: 18:45. Estaba pensado para ver el puente Golden Gate bañando por el sol del atardecer, pero no pudo ser, puesto que las nubes ese día no nos dejaron ver el sol. En el barco, en mitad de la bahía hacía bastante frio por el ambiente y por la velocidad del barco. Aunque a algunos valientes no nos importo y nos subimos a la cubierta más alta del barco para poder ver una panoramica completa de la Bahía, del Golden Gate y de nuestro destino: Alcatraz.



Mientras vas subiendo por las cuestas que te llevan a la prision desde el muelle, los Rangers te van contando las anécdotas que he contado más arriba.
El audio-tour, de 45 minutos, comienza en las duchas de la prisión y continúa por las galerías de celdas. Te esperas que sea algo enorme, pero en realidad no lo es: hay cuatro pasillos que conforman las galerías de celdas. Con los cascos del audio-tour puesto, los Rangers activaban y desactivaban el sistema de apertura de las puertas y era realmente escalofriante oir ese sonido retumbar por toda la prisión.

Hubo varios intentos de fuga, pero el más llamativo fue uno que hicieron tres presos: hicieron un agujero en la celda por la noche, salieron por los pasillos de servicio, treparon a lo alto de la carcel y se pusieron a nadar. La gente dice que no se sabe si sobrevivieron, porque no se sabe nada de ellos desde entonces. Ahora bien, el agua debía de estar bastante fresquita como para sobrevivir.
Desde la isla, se veían unas increibles imágenes de la ciudad de San Francisco que, por supuesto, los reclusos no disfrutaban.

Despues del audio tour, simplemente bajas al muelle y vuelves al puerto. Había mas actividades para hacer, pero no nos dio tiempo ya que nuestro barco zarpaba.
Hay que decir que estamos encantados con la visita a Alcatraz. Es algo que no nos esperabamos y nos ha sorprendido por completo: el vivir la angustia de la prision es impresionante.
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